Los círculos ya no están de moda, lo que nos interesa ahora son los cuadrados y las líneas rectas y limpias, los espacios abiertos llenos de luz y el blanco puro. Estamos hablando de un tipo de decoración que se encuentra en su apogeo estos días, la decoración moderna.
El moderno, es un estilo que no llega a ser geométrico ni tampoco industrial o minimalista pero, gracias a los pequeños matices que ha tomado de estos otros estilos, ha cobrado un carácter especial que lo hace muy popular, sobretodo entre los más jóvenes. 
Cuando entras en una casa moderna, te das cuenta de que la cocina no es una cocina, sino una ampliación del salón, el baño no es un baño, sino un spa en toda regla, los dormitorios son ambientes que invitan al descanso y el salón no es más que un paraíso de luces que, en ocasiones, se fusiona con la naturaleza. Toda la casa, en general, te invita a pensar en pureza, limpieza y funcionalidad.
Son casas innovadoras, uno de sus pilares siendo la tecnología, y funcionales, en cuanto a que los espacios y armarios de los que disponen permiten guardar absolutamente todo aquello que 
no debería estar a la vista. El metal, la madera, el vidrio, los blancos brillantes y grandes piezas arte abstracto forman parte de casi todas las casas decoradas con este estilo y, lejos de hacerlas parecer frías y sin alma, las transforman en casas acogedoras a las que da gusto regresar después del trabajo.
Las paredes se decoran, como hemos dicho, con cuadros abstractos, pero también con marcos de fotos o fotomurales. Los sofás son clave en este tipo de casas, representando el punto principal y más confortable de encuentro. Las cocinas, aunque la mayoría estén fusionadas con el salón, no se parecen a las de nuestra niñez, sino que son espacios sinónimos de pulcritud donde no veremos cubiertos o vasos esparcidos por doquier; en ellas, cada cosa tiene su sitio.
A parte del blanco, pero siempre estando este presente, también conjuntan con la decoración moderna colores neutros, como el gris o el beige, que se complementan con los demás accesorios de una habitación, siempre evitando combinar demasiados colores en un mismo espacio. El negro también es uno de los colores que entonan con el decoración moderna y, si lo mezclamos con el blanco, hacen magia, transformando nuestra casa en el epicentro de la elegancia.
En cuanto a la luz, amplios ventanales nos proporcionarán toda la luz necesaria de día y, de noche, lámparas y bombillas nos iluminarán con sus tonos naturales. Los muebles son 
sencillos, preferiblemente empotrados, de forma que parezca que no son un complemento, sino que forman parte de la habitación. Por dentro, serán funcionales y tendrán un cajón asignado para cada objeto o prenda que haya que guardar dentro de ellos.
El baño, es el lugar del placer y el deleite. Todo en su interior está en armonía y te invita a cuidarte y tomar largos baños o duchas calientes. Los pasillos pueden parecer museos, adornados con cuadros o con murales de fotografías. El salón, que aunque no sea amplio deberá parecerlo, será sencillo y decorado con much estilo, sin excederse con los objetos decorativos. El sofá, con respaldo bajo preferiblemente, llamado también el rey de la casa, estará acompañado de otras butacas o sillones y su reina será una mesilla de vidrio o madera blanca o gris claro, colocada encima de una suave alfombra, y en la que encontraremos unas velas o un jarrón con flores. Y, hablando de 
flores, este es un tipo de decoración que respeta la naturaleza tanto que, aparte de reciclar y usar materiales ecológicos, la ha trasladado dentro de la casa. Así, no es difícil encontrar pequeños jardines modernos dentro del salón o ver que el patio o la terraza se ha convertido en una selva zen.
Este estilo moderno es el preferido por la mayor parte de nuestros clientes últimamente y, si tú también quieres formar parte de esta gran familia, permite que hagamos que tu casa renazca y se convierta en el cisne blanco que se merece. Pero no te preocupes que, si este tipo de decoración no reúne los requisitos que buscas para tu hogar, te abriremos las puertas igualmente.
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