¿Sabías que tu casa puede decir mucho sobre ti solamente mirando las paredes y que existe una rama de la psicología que estudia los colores? Y es que estos son tan importantes en nuestra vida que, según últimos estudios, incluso nuestro apetito puede variar en función del color del plato en el que comamos.
Los colores de nuestra casa influyen en nuestro estado de ánimo y hablan sobre nuestro carácter; nos ayudan a tener un sueño relajado o pueden llegar a hacernos empezar el día con mal pie; hacen que nos concentremos más a la hora de estudiar y también nos dan la fuerza necesaria para enfrentarnos a un día duro. 
Los colores que elijamos para pintar nuestra casa influyen también sobre nuestra percepción sobre los espacios, haciendo que parezcan más grandes o pequeños y mas oscuros o luminosos de lo que son en realidad. Las cartas de colores Ral o Pantone nos pueden ayudar a escoger los colores que más nos gusten pero, ¿con qué colores acertaríamos?
– El color rojo es el color de los impulsos y puede llegar a alterar nuestro sistema nervioso, tanto para bien como para mal, y en este último caso podría acabar siendo desconcertante, por lo que no es indicado pintar las paredes de un dormitorio de este color. Lo es sin embargo, pintarlas de colores derivados del rosa y del naranja, sobretodo si se trata del dormitorio de matrimonio, pues recuerdan al trabajo en equipo, dando la sensación de unidad, y se asocian con el amor y el cariño.
– A pesar de ser el color frío por excelencia, el azul puede tener sobre nosotros un efecto relajante e inducir el sueño o abrir la mente, pero como todos los colores, en exceso puede causar lo contrario pareciendo muy triste. Es recomendable usar azules fuertes, como el azul marino, en los cuartos de juego de los niños. Para los dormitorios son recomendados el turquesa, el celeste o el azul brillante, evitando las tonalidades pastel en espacios con poca luz donde pueden enfriar demasiado el ambiente.
– El verde, el color de la naturaleza, estimula la creatividad y se recomienda para lugares de trabajo y estudio. Están de moda los colores neutros, por lo que acertaríamos con los verdes oliva o salvia.
– El amarillo representa el optimismo y la alegría pero también, como el rojo, la excitación, y no se aconseja para los espacios de descanso. Su punto fuerte es hacer que una estancia parezca más grande y acogedora, siendo perfecto para salones y habitaciones de tamaño reducido. Es uno de los colores más ignorados y con menos seguidores, y no se aconseja su uso en lugares públicos. Se recomienda, en cambio, el naranja que incorporado a una oficina o una tienda daría la sensación de que lo que ofrece son productos de calidad a buen precio.
– El negro refleja pesimismo pero, al mismo tiempo, es un color muy elegante que, en combinación con otros colores, puede ser un gran acierto. Hay que tener cuidado porque es un color que atrapa la luz y que puede hacer que una habitación parezca más pequeña. El blanco, en cambio, refleja pureza y limpieza; es un color que se puede usar en cualquier habitación y, como el amarillo, amplía visualmente los espacios.
– El marrón, el neutro por excelencia, es el color de la calidez, la seguridad y el confort, y sus tonos más oscuros combinan a la perfección con otros colores luminosos.
Si, aún así, quisiéramos pintar el dormitorio de un color oscuro o fuerte, podemos optar por pintar de ese color la pared que reciba menos luz, una pared que se encuentre fuera de nuestro ángulo visual cuando estemos en la cama, como la pared sobre la que está puesto el cabecero.
A parte de los colores básicos, que conocemos todos, también hay que tener en cuenta sus tonalidades y lo que éstas nos transmiten. Un espacio con colores pastel, con su dulzor, nos transmitirá una sensación de tranquilidad y armonía. Se recomienda decorar la habitación del bebé con estos colores porque le ayudarán a dormir tranquilo. Celeste, marino, ocre, salmón, gris, lavanda, marfil o rosa palo serán tus colore si lo que buscas es una primavera eterna.
Si queremos que una habitación parezca más alta lo podemos conseguir pintando el techo con tonos más claros que los de las paredes o al revés si es una habitación con techos muy altos. Para alargar un espacio podemos recurrir a fotomurales si queremos algo muy sofisticado visualmente o podemos simplemente pintar la pared del fondo en un color más claro.
Si lo que queremos pintar es una habitación grande, podemos usar a merced varios colores eliminando así la monotonía cromática, creando profundidad y dando la sensación de división entre los espacios existentes. Por ejemplo, una cocina de concepto abierto se podría separar del salón y de la parte del comedor mediante líneas, paredes o incluso suelos de otros colores. A los niños les encantan las mezclas de colores por lo que a ellos también les encantaría tener una habitación colorida en la que queden marcadas la zona de juego, la de estudio y la de descanso.
En nuestra empresa somos expertos en hacer que te sientas el rey de la casa, creando espacios confortables, útiles y sobretodo hogares a los que regresar con cariño, así que si la pintura de tus paredes te saca canas verdes y lo que tú quieres es ver el mundo de color rosa, no dudes en contactarnos.
Comentarios recientes