Cocina blanca, salón blanco, baños blancos… Sí, hoy estamos hablando del blanco y de la infinidad de posibilidades que este nos ofrece. Si hace un tiempo era considerado el color de los hospitales, hoy en día, el blanco es un color que gusta a mucha gente por la pureza y luminosidad que transmite en una casa.
Es el color que irradia protección, limpieza, confort y libertad y que representa como ningún otro lo moderno. No hay un color mejor que el blanco para ampliar visualmente una habitación, techos blancos para que parezca más alta, la pared del fondo blanca para que parezca más larga o todas las paredes blancas para que todo parezca más grande. El blanco tiene muchas ventajas pero también alguna desventaja como que, en exceso, puede parecer frío, por lo que recomendamos combinarlo siempre con otros colores a los que aportará luz, o que, al ser tan limpio, es un color que refleja enseguida las manchas, por lo que no lo recomendamos cuando hay niños en casa.
El blanco nos permite pintar desde las paredes hasta un mueble o incluso los radiadores de casa. El color, que en realidad no es un color sino la superposición de todos los colores, combina a la perfección con la totalidad de ellos; podemos mezclarlo con nuestro color favorito, sea este cual sea, y acertaremos.
El salón, un pasillo o un dormitorio adquirirán vitalidad si sus paredes visten de blanco y si lo conjuntamos con elementos de color gris, nuestra casa se transformará en una casa moderna y a la moda. Mezclado con el negro hará que nuestra casa parezca más elegante y con el rosa, le dará un toque chic y femenino. Podrás ver cómo ilumina y disminuye la intensidad de los colores fríos y como, al lado de este color, los colores cálidos adquieren alegría. Además combina perfectamente con la madera, junto a la que dará un toque nórdico a nuestra casa. Y si quieres una casa de estilo mediterráneo, no hay nada mejor que combinar el blanco con el azul.
Hoy en día se ha puesto de moda reutilizar los muebles antiguos y pintarlos, y este tono es uno de los más acertados para ello. También podrás pintar las puertas o los suelos y convertir, de este modo, tu casa en una casa de estilo vintage.
Si te gusta el blanco pero tienes miedo de que sea demasiado brillante, puedes optar por los tonos que este color nos propone, como el blanco roto, el marfil, hueso, primavera, pergamino, crema, y si te das cuenta de que todos te gustan, superponiéndolos conseguirás que tu casa tenga un aire parisino.
¿Eres ya un adicto al blanco? Atrévete ahora con el color que nunca ha dejado de estar de moda.
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